lunes, 28 de abril de 2008

Frankenspavo II - Primera parte

Viernes, 25 de abril. Damos oficialmente iniciada la Frankenspavo II.

La Frankenspavo es una reunión lúdica que tuvo su primera edición en el año 2007, y donde un grupo de amigos de distintos clubs de Star Trek nos juntamos a pasar un fin de semana en una casa rural, a hacer el friki.


Este año el lugar elegido para el evento fue el pueblo de Gátova, en la provincia de Castellón, Comunidad pepera Valenciana. Y este es el resumen de lo allí acontecido.

Nuestro viaje comienza en Valencia. La representación del CSTV iba a ir en dos grupos de tres personas. Las tres primeras, después de recogerse entre sí, salieron con dirección mercadona de Lliria a comprar víveres para el fin de semana. El cotidiano hecho de comprar, puede resultar una experiencia muy gratificante cuando eres friki. Así, cuando teníamos el carro repleto de postres de cuchara (léase flanes, natillas, gelatinas y otros), nos planteamos si no sería conveniente coger otro tipo de alimentos. Y comenzamos por los desayunos. Es en ese momento donde nos encontramos a la niña del exorcista, que al grito de “está de oferta” nos llenó el carro de madalenas, torta de chocolate y unas especies de rosquilletas rellenas de crema. Ante semejantes manjares no nos pudimos resistir, era la niña del exorcista, no le podíamos llevar la contraria. Después de esto, algunos paquetes de papas, unas botellas de leche y otros menesteres. Y nos fuimos a por la comida de verdad. Unas pizzas, un par de tortillas precocinadas, unos paquetes de varitas de merluza y unas croquetas de jamón. Es entonces cuando nos fuimos a saquear el expositor de fiambres. Lo primero que vimos fueron unos fuets y unas longanizas de pascua, momento que no dejamos pasar para hacer una pelea de espadas de luz presenciada por el charcutero del mercadona. Como el cuchillo Toledano que blandía era más grande que nuestras espadas de fuet, decidimos dejar el combate para otra ocasión e irnos a pagar a la caja antes de que nos echasen.

Nuestra aventura continuó hacia Gátova, donde nos esperaban desde hacía unas horas nuestros amigos. El GPS continua haciendo de las suyas, y en alguna rotonda nuestra intuición tuvo un papel más importante, ya que si hubiésemos hecho caso al Tomtom, hubiésemos tomado la salida que nos llevaba de vuelta a Valencia. Aparte de que a mitad de camino, la ventosa que sujeta al GPS, decidió que la vida no tenía sentido y se intentó suicidar saltando.

Pero al final llegamos a nuestro destino. El pueblo de Gátova, y las casas rurales “Les Eres de Gátova”. Las instalaciones eran magníficas. Una casa inmensa dividida en varios apartamentos completamente equipados.

Al primero que nos encontramos fue, como no podía ser de otro modo, a Pau, amigo de Alicante. Y nos presentó a otros amigos y conocidos de Espatreks. Salva, del club T de Trekkis de Barcelona, Miquel y Javi, residentes en Valencia y pertenecientes al CSTS, Juanma del CSTS. Mónica, del CSTS estaba durmiendo siesta, ya que el viaje desde Cartagena es largo y estaba cansada.

El que si estaba despierto era el churumbel de Mónica y de Gulia (el cual no pudo asistir por motivos de trabajo), Arturo. Tan simpático y tan activo como siempre. También tuvimos el placer de conocer a Lena, la mascota canina de Salva.

Después de saludar a todos los presentes, era el turno de llevar los trastos a la casa. Meter las natillas en la nevera y de paso las demás viandas. Ocupamos las camas que nos habían otorgado y salimos con la gente a charlar y a esperar a los que aun estaban por venir. Los otros tres miembros del CSTV no tardarían en llegar, otros llamaban por teléfono indicando que se habían confundido de día y que no acudirían, y a otros había que tranquilizarlos al descubrir que no había wifi.

Y así es como pasamos la primera tarde. Unos momentos de distribución y esperas hasta que llegó la hora de la cena.

Cada grupo se llevaba su comida. Nosotros habíamos comprado para 6 (bueno, más bien para 8), Y nos pusimos a hacer los palitos de merluza y el puré de croquetas de jamón, debido en gran parte a la vitrocerámica de la casa, aparato al cual le cogimos el truco demasiado tarde. Para las comidas, nos juntábamos en una casa que tenía el salón más grande y comíamos todos juntos. Ese mismo lugar se convirtió en el centro de reuniones del fin de semana, solamente sustituido por la “sala de la wii” en no muchas ocasiones.

Después de la cena, era el momento de sacar los licorcitos varios y ponernos a contar chistes malos, y despotricar sobre los ayuntamientos y sus concejales, y TeleCamps.

Sobre las 2:00h llegaron los últimos inquilinos del fin de semana, Francisco y su mujer Marian, que venían desde Madrid después de un largo día de trabajo. Se sumaron a la charla general y después de un rato nos fuimos a dormir.


Continuará...

1 comentarios:

Carles dijo...

Por cierto... que nadie se asuste, el GPS resulto ileso, gracias a los reflejos felinos de Blito.

A pesar de que se tiró del Parabris (un héroe de la resistencia francesa, como todo friki sabe) al grito de "si no me haceis caso mi vida es un "nonsense" (anglófilo el tomtom) le convencimos de que un fallo en el mapa lo tiene cualquiera y continuó con ahinco guiándonos.

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